Los celos son el sentimiento producido por el temor a que la persona amada prefiera a otra y frecuentemente va acompañado de envidia y/o resentimiento hacia quien se percibe como rival.
En los celos infantiles los niños responden con miedo e inseguridad ante la amenaza, real o no, de perder el cariño, atención y privilegios, hasta ahora exclusivos, que le ofrecen sus padres.
Los celos se manifiestan en sentimientos de dolor, rabia, tristeza, humillación..., en pensamientos, preocupaciones, imágenes y conductas, como la búsqueda de atención mediante el llanto, rabietas, agresividad hacia la persona percibida como rival, desobediencia o excesiva obediencia, presencia de conductas ya superadas en etapas anteriores, sueño irregular, solicitar la compañía de los padres para dormir e incluso adoptar conductas desafiantes hacia los padres, familiares y profesores, aislamiento social o muestras de afecto exageradas.
Los celos infantiles se consideran normales y suelen evolucionar favorablemente en un plazo medio de tiempo. Cuando se hacen permanentes pueden convertirse en patológicos y requieren de un tratamiento psicológico para su adecuada superación.
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